miércoles, septiembre 19, 2012

Unos días en Las Palmas

Quizá en la Península sepan, o no, o se imaginan, que las dos islas capitalinas se profesan un odio ancestral. ¿Broma?, no siempre, a veces son muy crueles.
Yo que he vivido en varias provincias de España, muy diferentes unas de otras, sé perfectamente que no es lo mismo vivir en un sitio que en otro, pero el lugar elegido para vivir es tan personal como saber por qué te enamoras de una determinada persona.
Yo vivo ahora en Tenerife porque trabajé aquí hace años, pero también trabajé en Lanzarote y encontré gente estupenda y que me ayudó mucho en un momento difícil de mi vida. Y aquí tengo muchos amigos palmeros y gomeros y son todos estupendos.
En la Península pasa lo mismo: las provincias limítrofes no se pueden ver, y dentro de una provincia, los pueblos lindantes se detestan. También ocurre lo mismo entre países vecinos. Podemos sacar la conclusión de que forma parte de la naturaleza humana: odiar al vecino. Quizá pensemos que nos quitan espacio vital, no sé, los sociólogos tendrán la palabra, yo no lo voy a analizar, pero quiero decir que "paso" de este tipo de enfrentamientos.
             


Todo este preámbulo es para contar una estupenda excursión que hice a principios de Septiembre a Las Palmas. Había un pequeño festival titulado "Cine + Food" de 4 días de duración. El inventor del evento es un hombre joven que consiguió financiación para la primera vez que lo hizo, y como tuvo éxito este es el tercer año que lo realiza.
Se utilizó para poder instalarlo todo parte del enorme Parque de Santa Catalina.






Según mi modesta opinión la parte de la comida estuvo perfectamente organizada, la del cine, menos. No porque las películas no se proyectasen a su hora o se oyesen mal, sino porque el criterio de selección era totalmente incomprensible. Ni se referían a comidas ni guardaban un cierto tipo de orden o grupo.

En un frontal del Parque se puso un escenario donde lo mismo había actuaciones musicales que se proyectaban películas al aire libre.

Detrás quedaban dos edificios con proyecciones de documentales, algunas en 3D.
La parte de Food se componía de muchas casetas, cada una de un país dónde se servía comida típica. El éxito de esta sección era enorme, tanto que algunos días en varias casetas se acabó la comida.
Los toldos iluminados son las diferentes casetas de comida, no se podía sacar bien las fotos debido al gentío, fue imposible sacar una panorámica.